Carlos Scolari: “Las viejas empresas monomediáticas deben migrar al Transmedia si no quieren ser sustituidas”

Con motivo de la reciente publicación de ‘Narrativas Transmedia’, le pedí a Carlos Scolari que me contestara a unas preguntas, cuyas respuestas quedan aquí reflejadas.

¿Por qué justo ahora ‘Narrativas Transmedia’ y para quién? Su tono es muy diferente de tus anteriores libros.

Todo el mundo está hablando de Transmedia, así que… ¡tenía que escribir algo! Hablando seriamente, desde hace unos siete años comencé a interesarme por estos nuevos formatos narrativos. Yo venía de investigar los medios digitales interactivos, los hipertextos y las interfaces desde al menos 1992, poco después de venir a Europa. Allá por el 2005 noté que estaba tan metido en el estudio de los new media que no prestaba atención a lo que estaba pasando en los old media.

Este cambio de mirada me llevó, por un lado, a acercarme a la Media Ecology, un enfoque que permite englobar a los viejos y los nuevos medios en un mismo ecosistema, y por otro, hizo que me interesara por estas nuevas formas narrativas híbridas y transversales donde los contenidos tradicionales se recombinan con las nuevas prácticas colaborativas. Así llegué a las narrativas transmedia. Mi primer artículo fue un análisis de la serie 24 publicado en el International Journal of Communication; también en mi libro Hipermediaciones del 2008 incluí algunas reflexiones sobre el transmedia storytelling.

Respecto al tono de este nuevo libro, es un texto pensado para un lector modelo diferente: no es el clásico texto teórico o académico. El libro le habla al profesional de la comunicación, a los guionistas, periodistas o documentalistas, y a cualquier interesado en estos nuevos formatos narrativos.

¿Es el momento de las narrativas transmedia?

Digamos que el concepto -introducido por Henry Jenkins en el 2003, cuando todavía estaba en el MIT de Boston- rebasó el ámbito académico y se instaló en el mundo de la producción. Muchos profesionales hoy hablan de “transmedia” de la misma manera que hace una década se hablaba de “interactivo” o “multimedia”. El mercado necesita conceptos nuevos, frescos, para ir renovando sus productos y estrategias. Ahora bien, a pesar de esta moda hay que aclarar una cosa: el concepto de “narrativa transmedia” está plenamente consolidado en el ámbito científico; esto significa que, si dentro de unos años los profesionales lo dejan de lado, seguirá teniendo vida propia en el discurso de los analistas de la comunicación. Podemos equipararlo a otros conceptos como “intertextualidad” o “hipertexto”, ya aceptados y compartidos por la comunidad científica.

¿Qué consideras que impide que la industria audiovisual no conciba aún a día de hoy una Biblia Transmedia desde el origen de sus producciones?

La industria de la comunicación,  al igual que muchos investigadores, sigue pensando en términos monomediáticos. A una empresa que durante cinco o seis décadas produjo libros, televisión o cómics le cuesta horrores, no digo producir, sino simplemente pensar en un relato transmedia. Lo mismo le pasa al investigador que durante toda su carrera académica analizó la prensa escrita o la ficción televisiva: le cuesta muchísimo dejar de ver sólo “su” medio y desplegar una mirada más abarcadora.

En las investigaciones que hemos realizado con otros colegas de la Universitat Pompeu Fabra hemos detectado que las empresas más jóvenes, las nacidas en la última década, son las que mejor asumen y se adaptan a la producción transmedia. Las viejas empresas monomediáticas, antes o después, deberán migrar al transmedia y modificar sus estructuras productivas; si no se adaptan corren el riesgo de ser sustituidas por otras.

A menudo hablamos de Transmedia sin acordarnos del Storytelling. ¿Cuáles son -a tu juicio- las diferencias entre el Transmedia y el Transmedia Storytelling?

El transmedia es cualquier experiencia cultural que abarca varios medios y en la cual pueden participar los usuarios; si agregamos el “storytelling” nos estamos refiriendo a una experiencia transmedia muy concreta donde existe un hilo narrativo que une los diferentes componentes textuales. Dicho en términos semióticos: los programas narrativos encarnados por los personajes pueden comenzar en un medio y seguir en otro.

Además, los usuarios participan activamente en ese despliegue, ya sea agregando nuevos personajes y programas narrativos, o remixando los componentes del relato original. No me canso de repetírselo a los estudiantes y profesionales: el storytelling es más importante que el transmedia. Si el relato no es bueno, por más que lo ampliemos a otros medios seguirá siendo malo…

Personalmente, estoy un poco cansado de escuchar siempre los mismos ejemplos de Transmedia (Star Wars, Matrix…). Para alguien al que le suceda lo mismo, ¿qué ejemplos más cercanos y más fácilmente abordables podría tener como referente?

En el libro no podía dejar de mencionar a Star Wars o Matrix pero incorporé muchos casos más. Me interesan mucho los proyectos transmedia de corte documental, desde el canadiense Highrise hasta el argentino Malvinas30. También las nuevas producciones que se están realizando en Barcelona, por ejemplo Panzer Chocolate. Se trata de nuevas experiencias de transmedia storytelling cuya expansión se planifica desde las primeras fases del proyecto narrativo. Por otro lado algunas series de TV se están moviendo mucho, sobre todo en la creación de aplicaciones que se utilizan como segundas pantallas (ver el caso de The Walking Dead). Cada semana surgen nuevas iniciativas y propuestas.

Démosle rienda suelta a la imaginación y cuéntanos cuál sería tu case study soñado como como profesor de nuevas narrativas.

Mi corazón sigue latiendo en la isla de Lost. Creo que es un relato paradigmático que representa muy bien no sólo a la nueva televisión -pienso en su complejidad narrativa o polifonía enunciativa- sino que además es un excelente ejemplo de narrativa transmedia que abarcó episodios para móviles, videojuegos y juegos de realidad alternativa. Pero la serie terminó en mayo del 2010, antes del boom de las segundas pantallas… Habría que imaginar un Lost 2.0 con aplicaciones para utilizar durante la transmisión televisiva. Otra historia que debería volver a abordarse es Watchmen.

Más que un largometraje yo creo que este clásico del cómic debería convertirse en una serie televisiva de unos 12 ó 24 episodios con una buena dosis de expansiones transmedia en forma de videojuegos, episodios para móviles, aplicaciones, etc. Claro, no creo que Alan Moore -un genio de la vieja escuela monomediática- esté muy contento con esta idea…

El primer capítulo de ‘Narrativas Transmedia’ puede leerse a continuación:

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Imagen de TEDx Moncloa cedida por Carlos Scolari.

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